La Organización Mundial de la Salud define la actividad física como cualquier movimiento muscular que comporte consumo de energía, de manera que es actividad física tanto el deporte, como los juegos de ocio que impliquen movimiento, o el caminar.
El ejercicio físico, aunque sea en una intensidad moderada, es una manera de contactar con las necesidades del organismo y quemar energía sobrante, a la vez que se oxigenan y ejercitan los músculos.
Este proceso, no sólo sirve para ejercitar la musculatura y mantenerse en forma física; el ejercicio físico nos permite descansar la mente por un rato y tiene beneficios para la salud mental.
Especialmente en verano, cuando tenemos más tiempo para nosotr@s mism@s y podemos pensar…o desocupar la mente de los problemas diarios, nos damos cuenta de lo necesario que es desconectar, aunque sea temporalmente, de la carga de emociones que soporta nuestro cerebro. Una manera ideal para conseguir esto es mediante el ejercicio, vamos a verlo.
Beneficios de hacer ejercicio
Nuestro organismo, como el de la mayoría de mamíferos, es una máquina orgánica que consume energía incluso estando en reposo o con una actividad física mínima. Aún así, y especialmente en las sociedades occidentales, ingerimos una cantidad de calorías por encima de lo necesario, si no realizamos actividades físicas algo más intensas.
El nivel de actividad física se puede medir en diferentes intensidades:
–Actividad física leve: actividad física mínima, como estar sentado o en reposo.
-Actividad física moderada: acelera de forma perceptible el ritmo cardíaco, implica un esfuerzo de grado medio. Comprende actividades como caminar rápido, bailar, labores domésticas, actividades de ocio con movimiento…
–Actividad física intensa: aumenta de manera considerable el ritmo cardíaco, implica un esfuerzo grande y produce respiración rápida. Actividades deportivas intensas: natación, baloncesto, zumba, fútbol…
Los niveles de actividad física moderada e intensa generan beneficios para la salud fisiológica del organismo:
- Ayuda a reducir el sobrepeso;
- Refuerza la estructura ósea y muscular;
- Regula mejor las funciones metabólicas;
- Ayuda a prevenir enfermedades de tipo cardiovascular y diabetes tipo 2;
- Previene contra diferentes tipos de cáncer;
- Se reduce el riesgo de muerte.
Deporte y salud mental
Ya desde la antigüedad, en la época de los reinos de Grecia, se encuentran documentos y relatos que relacionan la práctica del ejercicio físico con el bienestar físico y psicológico de la persona (“mens sana in corpore sano”).
Según algunos estudios que han analizado diferentes tipos de actividad física, si bien hasta las tareas domésticas tienen un efecto positivo sobre la salud física y mental, los ejercicios que más beneficios aportan son aquellos que implican trabajo en equipo, ejercicio aeróbico y/o gimnasio.
El ejercicio físico moderado favorece la liberación de endorfinas, haciéndonos sentir mejor y más activos. La liberación de endorfinas que se genera con la actividad física produce satisfacción, bienestar físico y emocional y relajación a nivel físico y mental; resultando beneficiosas para el tratamiento de algunas patologías psicológicas, como:
- Depresión;
- Trastornos de ansiedad;
- Trastornos del sueño.
El deporte y/o la actividad física nos ayuda a desconectar de la rutina diaria. La práctica habitual de deporte favorece la producción de noradrenalina en el cerebro, cosa que nos ayuda a relajarnos y a combatir el estrés.
Por otra parte, si realizamos algún tipo de deporte u actividad física con regularidad (3 veces o más por semana), reduciremos nuestro peso, se eliminará parte de la grasa y se tonificará el cuerpo. Estos cambios suelen comportar una mejora en la percepción de la propia imagen, aumentando la autoestima de la persona.
El hecho de ser constantes y mantener la práctica de actividad física de manera regular, nos hará que aumente la confianza en nosotr@s mism@s y la autodisciplina, cosa que nos puede ayudar en otros ámbitos vitales.
En este sentido, la práctica de deporte también puede ser muy positiva para el control de adicciones, como el alcohol o el tabaco. El deporte, además de ocupar tiempo y nuestra mente, favorece la liberación de dopamina, de manera que no necesitamos tanto de su generación mediante sustancias externas.
El bienestar físico y mental que proporciona el deporte, permite que gestiones mejor el estado de ánimo, tendiendo a una tonalidad emocional positiva, más optimista.
Mediante las estadísticas podemos ver también, que las personas que realizan ejercicio físico de manera regular suelen tener menos riesgo de sufrir deterioro cognitivo y demencias como el Alzheimer, además que el ejercicio ayuda a reducir la velocidad del deterioro cognitivo en las fases iniciales de este tipo de enfermedades degenerativas.
Diversos estudios apuntan a que practicar deporte desde joven favorece que en el hipocampo se segreguen neurotransmisores que, por un lado disminuyen la probabilidad de sufrir enfermedades neurodegenerativas, y por otro lado, estimulan las capacidades de memoria y aprendizaje.
Los deportes, especialmente en sus modalidades por equipos, favorecen la socialización con otras personas y el trabajo colaborativo. Aunque sea en la modalidad más simple (salir a correr con un amigo/a, por ejemplo), se favorece la motivación mutua para continuar superándose.
Los deportes, además, nos ayudan a controlar nuestra conducta y a reforzar valores de igualdad y respeto, tanto hacia compañeros, como frente a rivales y árbitros.
La práctica de actividad física moderada, puede ser beneficiosa por la mañana, para despejarse e incrementar el nivel de energía para afrontar el día. Las sustancias que se generan con el deporte a nivel cerebral, como la noradrenalina, contribuyen a estar con las pilas cargadas.
Por el contrario, la práctica de un deporte o actividad física intensa, debería reservarse para la tarde-noche, ya que al finalizar nos sentiremos cansados y relajados, favoreciendo así la conciliación del sueño.
Ya sea por la mañana, la tarde o la noche, el deporte favorece el equilibrio de mente sana en un cuerpo sano, y de manera colateral, aumenta nuestro rendimiento y productividad en nuestras tareas diarias. De manera similar, el trabajo de concentración que requieren algunos deportes, favorece nuestra capacidad de concentrarnos.
Por todos estos motivos, es fundamental iniciar a las/os niñas/os en el deporte desde la infancia, ya que los beneficios que se derivan de la práctica son muy importantes, tanto a nivel físico como psicológico.
La Organización Mundial de la Salud recomienda para los adultos de 18 a 64 años, 150-300 minutos a la semana de actividad física moderada o bien, 75-150 minutos de actividad física intensa (se pueden ir combinando). Una estupenda manera de realizar ejercicio, con motivación y diversión, es haciendo deporte en familia.