La contaminación atmosférica es un problema creciente en las ciudades de todo el mundo, y sus efectos en la salud no pueden subestimarse. La exposición continua a la contaminación del aire y puede tener un impacto significativo en nuestras vías respiratorias y, en última instancia, en nuestra salud en general. En este artículo, exploraremos la importancia de mantener hábitos saludables para el aparato respiratorio y cómo enfrentar la contaminación atmosférica en nuestras vidas cotidianas.
¿Qué es la contaminación atmosférica y cómo nos afecta?
La contaminación atmosférica se refiere a la presencia de sustancias nocivas en el aire que respiramos. Estas sustancias pueden ser emitidas por fuentes industriales, vehículos, procesos de combustión y más.
Las partículas finas y gases contaminantes como el dióxido de nitrógeno y el ozono son ejemplos comunes de contaminantes del aire.
Las grandes ciudades, por volumen de vehículos y otros transportes (autobuses, aviones, barcos), son más proclives que ciudades pequeñas y pueblos a sufrir episodios de alta contaminación atmosférica.
Los fenómenos atmosféricos (viento, lluvia) y la situación geográfica de la ciudad, son factores que pueden hacer que una ciudad sufra más episodios de alta contaminación que otras ciudades con volúmenes de población y tráfico similares.
La acumulación de gases contaminantes en el área de las ciudades se conoce como smog (anglicismo que mezcla humo+niebla). El smog puede ser de dos tipos:
- Smog fotoquímico: se produce por la reacción del óxido de nitrógeno junto a la luz del sol, produciéndose ozono. El ozono puede ocasionar problemas respiratorios, ya que es tóxico y oxidante. Este tipo de smog se suele producir en ciudades con bastante tráfico de vehículos de combustión, clima cálido y soleado y poco viento.
- Smog sulfuroso: se produce por la contaminación industrial producida por la combustión de carbón o carburos pesados, que sueltan óxidos de azufre en la atmósfera. En combinación con las partículas de agua en suspensión, se crea ácido sulfuroso (lluvia ácida). Era un fenómeno muy común en ciudades como Manchester o Chicago durante la revolución industrial.
La exposición a largo plazo a estos contaminantes puede causar irritación de las vías respiratorias, tos, dificultad para respirar, e incluso agravar condiciones crónicas como el asma y enfermedades pulmonares.
Hábitos saludables para el aparato respiratorio
Mantener hábitos saludables para el sistema respiratorio es esencial para minimizar los efectos de la contaminación atmosférica en nuestra salud. Aquí hay algunas prácticas recomendadas para protegerse de los posibles efectos adversos:
- Evitar la exposición directa: Si es posible, evita las áreas con alta concentración de contaminantes y la exposición directa al tráfico o fuentes industriales. Si has de trabajar en un entorno con tráfico constante (obra en vía pública, pista de aeropuerto, parking…), contempla la opción de utilizar una mascarilla.
- Utilizar mascarillas: En épocas de alta contaminación, el uso de mascarillas de calidad puede reducir la inhalación de partículas dañinas. Este ejemplo ya lo habíamos visto en ciudades asiáticas en época pre-pandemia…nos parecía hasta exótico.
- Ventilación en casa: Asegúrate de que tu hogar esté bien ventilado para mejorar la calidad del aire interior. También puedes considerar la instalación de purificadores de aire y/o humidificadores para casa..
- Mantenerse hidratado: Beber suficiente agua ayuda a mantener las vías respiratorias lubricadas y facilita la eliminación de toxinas inhaladas. Si sufres de sequedad nasal a causa de la contaminación, es conveniente hidratar las fosas nasales con un spray de agua de mar, que te proporcionará alivio y te ayudará a proteger la mucosa nasal.
- Ejercicio regular: El ejercicio físico regular fortalece los pulmones y aumenta la capacidad respiratoria, lo que puede ayudar a enfrentar mejor la contaminación. Eso sí, procura no hacer el ejercicio en un entorno con contaminación ambiental, correr o ir en bicicleta al lado del tráfico urbano hace que inhales más contaminación que si no estuvieras haciendo ejercicio. Si para desplazarte utilizas la bicicleta y circulas por zonas con alta densidad de tráfico motorizado, contempla la opción de utilizar una mascarilla para protegerte de la inhalación de humos de los motores.
- Seguir el índice de calidad del aire: Mantente informado sobre el índice de calidad del aire en tu área y toma precauciones cuando los niveles sean altos.
Medir la calidad del aire en casa
Vivir en un entorno natural, con poca densidad de tráfico y alejado de industria contaminante, además de tranquilidad, proporciona una calidad de aire libre de contaminación que los habitantes de la ciudad sólo podemos soñar… o disfrutar durante el fin de semana practicando deporte en la naturaleza en familia, por ejemplo.
Por otra parte, no todas las ciudades son iguales, ni todos los barrios son iguales en una misma ciudad. Diversos estudios han comprobado que las zonas de mayor contaminación ambiental en una ciudad suelen ser sobre las grandes avenidas con mucho tráfico de vehículos.
Para aquellos preocupados por la calidad del aire en su hogar, existen dispositivos que pueden medir la concentración de contaminantes. Estos pueden proporcionarte información crucial para tomar decisiones informadas sobre la ventilación y purificación del aire interior.
En conclusión, la contaminación atmosférica es un problema serio que afecta nuestra salud respiratoria y bienestar en general. La adopción de hábitos saludables para el aparato respiratorio y la toma de medidas para reducir la exposición a la contaminación son pasos esenciales para cuidar de nuestra salud en tiempos de alta contaminación. Recuerda que cada pequeño cambio que hagas en tu vida diaria puede contribuir a un ambiente más limpio y a una mejor salud respiratoria para todos.
Bibliografía
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