Sin duda, este 2020 va a ser recordado por la COVID-19. Esta pandemia mundial ha irrumpido en nuestras vidas sin previo aviso, transformando la normalidad que habíamos construido hasta el momento. El estilo de vida de nuestras familias, sus rutinas, sus planes e incluso sus emociones, han cambiado, incidiendo en su salud también.
1.Trastornos del sueño
El miedo, sumado al tiempo que la población mundial ha tenido que estar confinada ha provocado graves trastornos del sueño.
La incertidumbre originada por la aparición del virus y las consecuencias que provocaría se han convertido en un explosivo cóctel que ha impedido dormir bien a la mayoría de la población. La vida sedentaria que se impuso también ha ocasionado una disminución del tiempo dedicado al ejercicio físico, provocando que el sueño fuese menos profundo, que apareciesen las dificultades para conciliarlo o que nos despertásemos más veces a lo largo de la noche.
Cómo evitar el insomnio
- Hacer ejercicio, al menos, durante 30 minutos al día favorece la liberación de una serie de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina que ayudan a conciliar el sueño.
- Mantener unas rutinas lo más similares posibles a las de antes del confinamiento, potenciando el contraste entre las actividades del día y el reposo nocturno.
- Es muy importante reservar un tiempo específico para el sueño, dependiendo de la edad de cada miembro de la familia. De esta manera, nuestro organismo genera una rutina que ayuda a conciliar el sueño más fácilmente.
- Evitar la luz de las pantallas de móviles, tabletas y ordenadores dos horas antes de ir a dormir.
- Que la habitación donde vayamos a dormir esté a oscuras.
- Si esto no funciona, siempre existe la opción de acudir a un especialista en busca de unas pautas o de un complemento alimenticio a base de Melatonina y extractos naturales que promuevan la relajación y el bienestar mental.
2. Vista cansada
Durante el confinamiento ha aumentado considerablemente el tiempo que pasamos delante de una pantalla: el teletrabajo, hacer ejercicio viendo videos, realizar videollamadas con el resto de nuestros familiares… ha provocado que pasemos la mayor parte del día delante de una pantalla.
Estos factores han desencadenado que la vista de toda la familia empeorase durante el confinamiento, produciendo enrojecimiento ocular, picor, incluso vista cansada o tensión ocular por estrés. Por eso, es muy importante el uso de soluciones oftálmicas hidratantes, que alivian de inmediato la irritación y la fatiga ocular. Además, es muy importante reducir, en la medida de los posible, la cantidad de horas de exposición a las pantallas.
3. Piel irritada
El virus nos ha forzado a mejorar nuestras rutinas higiénicas, obligándonos a mantener las manos limpias y desinfectadas todo el tiempo, y así evitar una rápida propagación del virus.
El uso de soluciones hidroalcohólicas es muy importante para frenar la transmisión del coronavirus, pero también provoca que las manos de toda la familia se resequen con más facilidad e incluso puedan llegar a aparecer pequeñas irritaciones. Para evitarlo, es importante utilizar diariamente cremas hidratantes que regeneren e hidraten las manos.
4. Cambios en la dieta
Estar en casa sin poder salir cambió los hábitos alimentarios de toda la familia y provocó que tuviésemos más tiempo para picar entre horas.
La ingesta de alimentos, que hasta entonces no eran habituales en nuestras dietas, junto con el estrés que ha generado la situación han favorecido, entre otras cosas, la aparición de aftas bucales.
Para evitar el dolor molesto que ocasionan estas pequeñas heridas es muy importante utilizar sprais, geles o culutorio para aftas bucales que alivian el dolor, formando una capa protectora, y sellan los tejidos lesionados, permitiendo una curación natural. Estos remedios también previenen su aparición, ya que proporciona lubricación e hidratación de la mucosa oral.