Por todos es sabido que la primavera es un momento del año que nos alegra sobremanera. Los días empiezan a alargarse, las horas de luz parecen no acabar nunca y, con ello, nuestra actividad.
¿En qué consiste una alergia ocular?
La alergia primaveral es una respuesta exagerada del sistema inmunológico del ojo ante una partícula externa que actúa como un agente alérgeno. Los alérgenos más comunes son el polen, los ácaros del polvo, antibióticos o cosméticos.
Habitualmente, este tipo de alergias se manifiestan mediante picor, quemazón, irritación e hinchazón de párpados, enrojecimiento o sensación de elemento extraño y posterior lagrimeo.
Pese a que no son síntomas preocupantes, si se prolongan pueden ser el principio de una segunda fase inflamatoria y complicarse.
Por ello, es necesario que un oftalmólogo supervise el tratamiento más adecuado y así evitar peores diagnósticos como la aparición de glaucoma o cataratas.
Con un diagnóstico temprano, el oftalmólogo recetará antiinflamatorios tópicos, antihistamínicos orales, lágrimas artificiales y esteroides oftálmicos suaves.
Sin embargo, siguiendo una serie de buenos hábitos podemos prevenir en gran medida algunas de las molestias derivadas de la manifestación ocular de la alergia.
Buenos hábitos para prevenir el efecto ocular de las alergias
- Mantén limpio tu hogar para evitar los ácaros del polvo
- Cuida tus ojos durante el teletrabajo
- Usa colchones y ropa de cama sintética
- Retira, si es posible, las alfombras y cortinas gruesas
- Usa un filtro antipolen si viajas en coche
- Si tienes animales domésticos, lávalos bien tras salir al exterior y evita cepillarlos mucho
- Utiliza gafas en lugar de lentillas si empiezas a padecer síntomas
- Lava los ojos con suero fisiológico estéril
- Aléjate de los lugares donde se fuma
- Evita ventilar la casa en los horarios de más viento

