Ya es definitivo, el verano está aquí y hay que adaptarse. ¿Cuánto te apetece darte un chapuzón? Aguas calmadas, arena fina, todo el día por delante y un poco de sandía fresca. Es innegable, te apetece y mucho.
PROTECCIÓN PARA EL BEBÉ
Si tu bebé tiene más de 6 meses debes saber que ya puedes llevarlo a playas y piscinas sin problema. Eso sí, tendrás que protegerlo especialmente.
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Crema y más crema
Prueba la crema solar en un ambiente controlado, antes de llevarlo a la playa. ¿Para qué? Los bebés tienen la piel delicada y las cremas solares pueden ocasionarles irritaciones y alergias, por lo que es conveniente que conozcas de antemano si le viene bien la crema solar que te dispones a usar.
Cubre a tu bebé completamente de crema solar y renuévala cada 2h o cada vez que se bañe. Ten también en cuenta que las cremas solares se caducan.
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Evita los golpes de calor
Mantén al bebé bajo la sombrilla e investiga prendas de ropa específicas para protegerlos de los rayos solares en la playa, pero no lo vistas demasiado. El mecanismo termorregulador de los bebés no funciona correctamente como lo haría en un adulto, de manera que puede sufrir un golpe de calor. Para evitarlo, refréscalo con frecuencia y procura que solo esté en la sombra, especialmente durante las primeras salidas.
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Protección de la vista
Protege su vista con unas gafas de protección solar que estén homologadas para el uso en niños, que tengan filtros específicos para la protección en la playa y cumplan la normativa vigente en la Unión Europea. Es muy importante que las gafas que vayas a proporcionarle cumplan con los tres requisitos.
PROTECCIÓN PARA TI
Empieza por los básicos: asegúrate de que no haya prohibición de baño y evita salir si el pronóstico de temperatura es demasiado elevado.
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Protege tu piel
Utiliza cremas de alta calidad y, sobre todo, con alto nivel de protección. Nunca es demasiada protección, utiliza las cremas con el nivel de densidad más alto que toleres.
Renueva la crema solar cada 2h y después de cada baño.
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Exposición solar intermitente
Las maratones solares no son bien recibidas por tu cuerpo. Ve dándole un respiro refugiándote de los rayos solares cada media hora. ¿No sueles llevar sombrilla? Deberías.
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Evita las horas más intensas
La incisión de los rayos solares es más intensa entre las 12h y las 16h. Trata de evitar estas horas. En caso de que no sea posible, extrema la protección situándote bajo una sombrilla, usando cremas de más densidad o utilizando prendas de ropa homologadas para la protección solar.
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Ten paciencia con el bronceado
Lo deseas y lo entendemos, pero no debes poner en riesgo la integridad de tu organismo por tener una piel bronceada. Con un número suficiente de sesiones de playa siguiendo todos nuestros consejos, conseguirás el bronceado que tanto deseas sin dañar tu organismo.
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Protégete de la arena caliente
¿Cuántas veces has llegado a la playa y te has asombrado de lo caliente que estaba la arena? No deberías sorprenderte, la arena pasa horas absorbiendo el calor que emana de los rayos solares, así que es previsible que alcance muy altas temperaturas.
Una toalla gruesa y el uso del calzado adecuado harán que no te quemes ni los pies ni la espalda.
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Calzado para el agua
Independientemente de que estés en una zona con arena fina o con sólidas y grandes rocas, debes llevar un calzado diseñado para el baño en la playa. La costa marítima está repleta de elementos que no deseas tener clavados en los pies.
Los ayuntamientos se esfuerzan por limpiar sus playas, pero las máquinas filtradoras de arena no alcanzan las zonas cubiertas de agua. Utiliza un calzado específico y evita un encuentro indeseado con anzuelos, plomos, cristales o elementos extraños.
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Protege tu vista
Deberás utilizar gafas diseñadas para la protección solar, a ser posible con cristales polarizados y siempre homologadas.
¿Cómo puedes saber si están homologadas? Revisa que tengan el sello con el logotipo CE, que garantiza que tienen una homologación de Conformidad Europea.
En caso de que no estés al corriente de las garantías de tus gafas de sol actuales, deberás ir a una óptica para que te asesoren sobre la calidad de las mismas.
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Refréscate e hidrátate
Bebe agua, zumos naturales, toma sandía, etc. Todo lo que contenga agua y no lleve azúcares añadidos servirá para hidratarte. En caso de que lo que tomes esté refrigerado, ayudarás aún más a la termorregulación de tu cuerpo.