Sin duda, uno de los grandes placeres del invierno es poder hacer una escapada a la nieve: esquiar, tomar un chocolate caliente al lado de una chimenea, hacer un muñeco de nieve, pasear por la montaña… Apetece solo con leerlo, ¿verdad? Si tienes planeado un viaje de este tipo en los próximos meses, el siguiente post te será especialmente útil.
Solución oftálmica hidratante
La calefacción muy elevada en casa, en el hotel o en cualquier restaurante al que podamos ir provoca sequedad en nuestros ojos y, con ella, una sensación de escozor, picor y cuerpo extraño. Los cambios de temperatura del frío exterior al interior climatizado también afectan a la salud ocular, especialmente en aquellos entornos en los que la humedad ambiental disminuye. Para prevenir esta sensación incómoda, lo mejor es aplicar una solución oftálmica hidratante de forma regular para proporcionar un alivio inmediato de la irritación, sequedad, abrasión y sensación de arenilla en los ojos. Se recomienda especialmente en casos de personas que sufren a diario el síndrome del ojo seco.
Consejo Care+
Para prevenir los síntomas, o minimizarlos, procura mantenerte alejado del chorro de aire caliente de la calefacción que, en ocasiones, puede apuntarnos directamente a los ojos. Si tienes la posibilidad, también es especialmente útil la instalación de un humidificador para combatir la sequedad de la estancia.
Toallitas oftálmicas estériles
Tu gran aliado durante todo el año, también en invierno. Las toallitas oftálmicas estériles están indicadas para la higiene diaria de párpados, pestañas y borde palpebral. Limpian impurezas, costras y maquillaje sin irritar los ojos ni agredir las capas superiores de la epidermis. Úsalas por la mañana, antes de empezar tu jornada de esquí, y también por la noche dentro de tu rutina de limpieza facial. De esta forma, asegurarás la limpieza profunda pero delicada de tus ojos y te despertarás con los ojos en perfectas condiciones para disfrutar de otro día de nieve.
Gafas de sol con filtro UV
Este accesorio es fundamental a la hora de proteger nuestra vista, no solo en verano. Cuando se practican deportes de nieve, la altitud y la reflexión de la luz provocada por la nieve aumenta en un 80% la exposición a la radiación ultravioleta, haciendo que la luz sea mucho más nociva y pueda provocar quemaduras en la zona que rodea los ojos y la propia córnea si no se está correctamente protegido. Para evitar esta situación, no olvides incluir en tu maleta unas gafas de sol que cubran bien toda la zona del ojo y con filtro UV de grado 4 que garantice la absorción más alta de UVB y UVA. Estos modelos están especialmente diseñados para su uso en altitudes superiores a 3.000 metros.
Agua de mar
Los ojos no son los únicos que pueden sufrir sequedad en invierno. Los fuertes contrastes de temperatura y el bajo nivel de humedad ambiental en interiores provocado por el uso de sistemas de calefacción pueden secar las vías respiratorias. A esto se suma que el invierno es la época en la que se producen la mayor cantidad de resfriados y rinitis, por lo que en tu neceser de viaje no puede faltar el agua de mar isotónica. Su uso está especialmente indicado para el lavado nasal diario, eliminando el exceso de mucosidad y facilitando el sonado. De hecho, su uso está recomendado incluso cuando no existe congestión, como método de prevención, ya que hidrata las fosas nasales y las protege contra el resfriado y otras complicaciones.
Gel para aftas bucales
Un afta bucal no es, en principio, una patología grave, pero puede llegar a provocar un intenso dolor y escozor durante las primeras horas de su aparición, así como puede dificultar comer y beber determinados alimentos. Para evitar que una lesión oral de este tipo te estropee la escapada a la nieve, incluye en tu neceser un gel específico para aftas bucales que ayude a reparar los tejidos afectados a través de sus propiedades lubricantes, hidratantes, calmantes y protectoras. Su aplicación debe hacerse de forma suave y directamente sobre el afta, ya sea con el dedo previamente lavado o con un algodón.