El sueño y la salud ocular están estrechamente entrelazados, y la falta crónica de sueño se asocia a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades oculares.
Vamos a ver la conexión entre el sueño y la visión, las consecuencias de ignorar la importancia de un descanso adecuado y consejos para mejorar tanto el sueño como la salud ocular.
La importancia del sueño para cuidar la vista
Cuando se trata del bienestar de nuestros ojos, no sólo se trata de revisiones periódicas y de protegerlos de las lesiones físicas, sino también del papel crucial que desempeña un sueño suficiente y de calidad para mantener una buena visión.
No dormir lo suficiente o tener una mala calidad del sueño puede tener varios efectos adversos en los ojos y en el sistema visual en general. Desde sequedad y ojos irritados hasta afecciones más graves, el impacto del sueño, o su falta, es un factor clave para mantener una buena salud visual.
Muchos de nosotros llevamos vidas muy ajetreadas, y con las exigencias del trabajo, la familia y los compromisos sociales, a menudo se pasa por alto la importancia de descansar bien por la noche. Sin embargo, es durante el sueño cuando los ojos pueden descansar, repararse y recuperarse de las actividades del día.
Un sueño insuficiente puede provocar una serie de síntomas que afectan directamente a los ojos, como fatiga ocular, visión borrosa y sensibilidad a la luz. Al reconocer el vínculo íntimo entre un descanso adecuado y la salud ocular, las personas pueden elegir con más conocimiento de causa y dar prioridad al sueño para salvaguardar la visión a largo plazo.
La privación crónica de sueño y las enfermedades oculares graves
Los estudios han indicado que la relación entre el sueño insuficiente de manera crónica o continuada y la salud ocular no se reduce a sentirse cansado y tener dificultad para concentrarse, sino que es un factor que puede contribuir al desarrollo de enfermedades oculares graves.
Se ha comprobado que afecciones como el glaucoma, conocido por causar daños en el nervio óptico, tienen una correlación con la privación crónica de sueño.
Además, el impacto del sueño continuamente deficiente en la salud ocular se extiende a una mayor susceptibilidad a padecer enfermedades de la superficie ocular y a la manifestación de síntomas relacionados con el síndrome del ojo seco.
Es crucial comprender que las implicaciones de la privación crónica de sueño no se limitan a los efectos inmediatos y visibles, sino que también abarcan los riesgos potenciales a largo plazo para la salud ocular.
Un sueño adecuado como medida preventiva de la degeneración macular
Mantener una rutina de sueño saludable y garantizar una cantidad adecuada de sueño cada noche no sólo es vital para abordar las preocupaciones actuales relacionadas con la salud ocular, sino que también sirve como medida proactiva para prevenir el inicio o la progresión de ciertas afecciones oculares.
Una de estas afecciones es la degeneración macular relacionada con la edad, una de las principales causas de pérdida de visión. Las investigaciones han señalado las funciones restauradoras y protectoras de un buen sueño en relación con las células de la retina, lo que sugiere que un patrón de sueño bien regulado y los beneficios asociados que ofrece a los tejidos oculares pueden desempeñar un papel en la reducción del riesgo de desarrollar esta grave e irreversible enfermedad ocular.1
Las células de la retina, esenciales para captar y procesar la información visual, experimentan un proceso de rejuvenecimiento durante el sueño, que es vital para mantener una buena visión.
Alterar este periodo crucial de restauración, que a menudo experimentan las personas con insuficiencia crónica de sueño, puede comprometer la salud de las células de la retina y, con el tiempo, contribuir potencialmente a la progresión de la degeneración macular.
Trastornos del sueño y la inducción de la sequedad ocular
No sólo influye la cantidad de sueño en la salud ocular, sino también la presencia de trastornos del sueño y sus efectos específicos en los ojos. Por ejemplo, trastornos como la apnea del sueño se han implicado en el desarrollo de la sequedad ocular, una falta crónica de lubricación y humedad suficientes en la superficie del ojo.2
Durante los episodios de apnea del sueño, las personas pueden dormirse involuntariamente con los ojos parcialmente abiertos, lo que aumenta la exposición y la consiguiente evaporación de la lágrima, que normalmente sirve para mantener la hidratación necesaria de los ojos.
El sueño fragmentado y de mala calidad que con frecuencia caracteriza a los trastornos del sueño puede contribuir a desequilibrios sistémicos que se manifiestan en forma de malestar y sequedad ocular. El impacto resultante en la superficie ocular, si no se aborda, puede dar lugar a una serie de síntomas, como enrojecimiento, irritación y sensación de arenilla en los ojos.3
La privación de sueño, la presión ocular y el glaucoma
Al hablar de la relación entre el sueño y la salud ocular, es esencial considerar el impacto del sueño, o la falta de él, en los procesos fisiológicos que son parte integrante del bienestar de los ojos. Se ha demostrado que un sueño adecuado y de calidad contribuye a mantener una presión intraocular estable, esencial para el funcionamiento y la salud óptimos del nervio óptico y otras estructuras oculares vitales.
En cambio, los efectos de la privación crónica de sueño y de una mala calidad del sueño se han relacionado con la desregulación de la presión intraocular, lo que puede colocar a las personas en mayor riesgo de desarrollar afecciones como el glaucoma, que se caracterizan por niveles elevados de presión en el interior del ojo.5
El papel del sueño para facilitar una circulación sanguínea saludable es de particular relevancia para la salud ocular, ya que los ojos dependen de un flujo sanguíneo eficaz y constante para sustentar sus procesos metabólicos y su función general.
Investigaciones recientes y hallazgos clínicos han ofrecido pruebas contundentes de la asociación entre una privación de sueño inadecuada y un mayor riesgo de desarrollar glaucoma.
Esta afección, que afecta a la visión, se caracteriza por el daño sufrido por el nervio óptico, a menudo debido a una elevada presión intraocular, y es una de las principales causas de pérdida de visión irreversible.
La relación entre el sueño insuficiente y el mayor riesgo de glaucoma es polifacética, ya que implica los diversos efectos fisiológicos de un sueño deficiente sobre las estructuras oculares, incluida la regulación de la presión intraocular y la dinámica vascular que son parte integrante del mantenimiento de la salud del nervio óptico.
¿Cuánto sueño necesitas? Cómo cuidar tus ojos
Comprender y satisfacer las necesidades individuales de sueño requeridas para mantener una buena salud y una función visual óptima es un aspecto fundamental para promover el bienestar de los ojos.
Aunque la duración específica del sueño propicia a la buena salud puede variar entre individuos de distintos grupos de edad y circunstancias de estilo de vida, la recomendación general de dormir de 7 a 9 horas por noche sigue siendo una directriz relevante para mantener la salud general y el bienestar ocular.4
Además de adoptar una cantidad de sueño suficiente y reparadora, la práctica consciente del cuidado de los ojos y la aplicación de medidas de apoyo para abordar y prevenir las posibles tensiones sobre la salud ocular pueden contribuir aún más al mantenimiento de la visión.
Esto puede abarcar el uso constante de modalidades de corrección visual apropiadas: comprender cómo afectan las pantallas a la vista y limitar el tiempo ante la pantalla (ordenador, móvil, televisión), la integración de ejercicios visuales regulares y pausas visuales en la rutina diaria, el uso de gotas para los ojos con el fin de hidratarlos cuando estén secos o irritados.
Consejos para potenciar el sueño y la salud visual
Realizar técnicas de relajación antes de acostarse, como el yoga suave, la meditación de atención plena o la adopción de una rutina tranquilizadora antes de dormir, puede crear un entorno propicio para lograr un sueño profundo y reparador, favoreciendo así el descanso y la recuperación de los ojos.
El manejo consciente de factores ambientales, como la regulación de la luz ambiental y la optimización de la ergonomía del dormitorio, puede establecer un entorno propicio para el sueño que se ajuste a los ritmos naturales de sueño-vigilia del cuerpo y complemente el rejuvenecimiento de los tejidos oculares durante el período de descanso nocturno.
Además de promover de forma específica un sueño profundo y reparador, el fomento de hábitos y comportamientos que sostengan la vitalidad de la salud visual es esencial para proteger los ojos de las posibles consecuencias de los factores estresantes ambientales y de la forma de vida.
Esto puede implicar la adhesión constante a una dieta equilibrada y rica en nutrientes que favorezca la nutrición ocular, la limitación consciente de actividades que generan fatiga y tensión visual, y la participación regular en ejercicios físicos, que contribuye a mantener el bienestar sistémico general, incluida la función visual.
Referencias bibliográficas
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- Sun C, Yang H, Hu Y, Qu Y, Hu Y, Sun Y, Ying Z, Song H. Association of sleep behaviour and pattern with the risk of glaucoma: a prospective cohort study in the UK Biobank. BMJ Open. 2022 Nov 1;12(11):e063676. doi: 10.1136/bmjopen-2022-063676. PMID: 36319053; PMCID: PMC9644340. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9644340/