Los ojos en la 3a. edad: cuidados y prevención

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Todos sufrimos cambios conforme nos acercamos a la tercera edad; el cuerpo envejece y obviamente la vista no es una excepción. A lo largo de nuestra vida adulta, la vista va perdiendo facultades y empiezan a aparecer problemas. Hoy queremos hablaros de algunas de las afecciones más comunes de la edad madura y proporcionaros algunos consejos útiles para prevenirlas en la medida de lo posible.

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Afecciones comunes de la vista en la tercera edad

La presbicia es lo que popularmente conocemos como vista cansada. Este trastorno de la vista, si no se corrige con gafas o con una operación específica, puede dificultar tareas básicas del día a día como leer, además de producir molestias en los ojos y dolores de cabeza.
El síndrome del ojo seco, afección que se da cuando las glándulas lacrimales no funcionan bien, suele ser más común a medida que las personas van envejeciendo, especialmente en las mujeres.
Las cataratas son muy comunes entre la gente mayor. Las cataratas producen la pérdida de la visión y el único tratamiento posible es mediante una operación quirúrgica. Es una operación de vista sencilla y, en la mayoría de los casos, exitosa.
El glaucoma se considera una enfermedad grave que puede dañar el nervio óptico del ojo y suele aparecer en personas mayores de 40 años. Esta afección puede causar ceguera parcial o total y no suele presentar síntomas en fases iniciales, por lo que es conveniente hacerse revisiones, ya que debe tratarse cuanto antes.
Otra enfermedad propia de la vejez es la degeneración macular, que se caracteriza por daños en el área central de la retina o mácula. Puede provocar pérdida de visión y visión distorsionada.

Consejos para cuidar la vista en la tercera edad

Sin embargo, envejecer no es sinónimo de perder vista, ¡así que no te preocupes excesivamente! Procura seguir estos consejos, ya que el mejor tratamiento para las afecciones visuales es la prevención:

Asegúrate de que la graduación de tus gafas es la correcta y toma precauciones con el uso diario de tus lentes de contacto.
Si sientes cansancio ocular descansa la vista cada cierto tiempo, y si el cansancio persiste visita a un oftalmólogo.
Mantén una dieta saludable y rica en vitaminas A, C y magnesio. La carencia de vitaminas puede alterar el funcionamiento de la retina así que, ¡ya sabes! Llena tus comidas de cebolla, zanahoria, espinaca, brócoli, pimiento o naranja.
Modera el uso de pantallas (ordenadores, televisión y otros aparatos de nueva tecnología) que elevan el riesgo de padecer afecciones oculares. Entre otros factores, la luz azul afecta a la vista.
Para evitar molestias, reduce el estrés visual, por ejemplo conducir de noche o mirar fijamente una pantalla durante largo rato.
Evita situaciones medioambientales nocivas para los ojos, como el humo de los coches.
Protégete con gafas de sol para evitar lesiones oculares.
A partir de los 40 años acude al oftalmólogo al menos una vez al año aunque no tengas ningún síntoma, ya que la mayoría de enfermedades oculares pueden tratarse si se diagnostican pronto.
Evita fumar, ya que el consumo de tabaco se relaciona directamente con la degeneración macular y supone mayor riesgo de cataratas.
Haz ejercicio de forma regular, ya que te ayudará a mantener la salud de tus ojos en la medida de lo posible.