Seguro que recuerdas ese día en el que te levantaste recordando miles de sueños extravagantes, raros o confusos y una sensación de cierto malestar se te instaló en el cuerpo durante los primeros momentos del día. Además, lo más probable es que a esa sensación se le sumase que parecía que no habías dormido nada, ¿verdad?
Los sueños suceden todas las noches, pero el hecho de recordarlos o no, puede estar indicándonos la calidad de nuestro descanso. Ciertos estudios afirman que existe una cierta correlación entre las personas que tienen un dormir inestable y poco reparador y su recuerdo de los sueños. Si quieres conocer la relación entre los sueños y el descanso, quédate aquí con nosotros, te lo explicamos todo.
El descanso y las fases del sueño:
No es lo mismo dormir que descansar, y la causa principal que dificulta el segundo es, muchas veces, el cúmulo de tensión y de preocupaciones que tenemos durante el día. Eso produce que solo durmamos en fase superficial y que cuando nos levantemos sintamos una sensación de agotamiento muy pesada. Afrontar un lunes con ese estado es un verdadero reto, ¿no crees?
Para evitar que esto suceda, tu cuerpo debe pasar por las cinco fases del sueño, especialmente por la fase del sueño profundo, la cantidad de veces recomendada todas las noches. A continuación, te contamos en qué consiste cada etapa del sueño:
Fase 1
(o etapa de adormecimiento)
Comprende aproximadamente los diez primeros minutos del sueño. Empieza en el periodo de vigilia hasta que nos adormecemos. En esta etapa el movimiento de los ojos es lento y la actividad muscular reducida.
Fase 2
(o etapa de sueño ligero)
El cuerpo empieza a desconectarse de su entorno y tanto la respiración como el ritmo cardíaco se ralentizan. El movimiento de los ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas.
Fase 3
(o etapa de transición)
Los músculos están ya completamente relajados y las constantes vitales continúan descendiendo de forma regular. El sueño reparador y profundo empieza en esta etapa. Despertar a alguien en esta fase es muy complicado, y si se hiciera se sentiría confuso. Aquí es cuando se pueden dar trastornos del sueño como los terrores nocturnos, el sonambulismo o la enuresis.
Fase 4
(o etapa de sueño profundo)
Esta es la etapa en la que nos encontramos profundamente dormidos y va a determinar la calidad del descanso. Nuestro ritmo respiratorio es muy bajo y nuestra presión arterial suele descender entre un 10% y un 30%.
Fase de sueño REM
(rapid eye movement) o etapa de sueño paradójico
Esta es la fase en la que soñamos, y en la que, si nos despiertan o nos despertamos, recordamos nuestros sueños. Por lo que, según ciertas investigaciones, las personas que recuerdan más y mejor se despiertan con más frecuencia durante la noche, es decir, después de esta fase y, por lo tanto, su calidad del sueño es peor.
Por lo que hace a nuestro cuerpo, durante esta fase los ojos se mueven mucho, la actividad cerebral es muy parecida a la que tenemos cuando estamos despiertos y el ritmo cardíaco y la presión arterial aumentan. Nuestros músculos, por el contrario, se encuentran bloqueados.
Así pues, los sueños sí influyen en el descanso. Ahora bien, ¿cómo garantizar que pasamos por todas las fases del sueño y cómo saber cuándo debemos despertarnos para sentirnos descansados? Los ciclos del sueño pueden regularse para que jueguen a nuestro favor.
La web especializada en medicina Healthline ofrece una calculadora con la que puedes descubrir la hora ideal a la que debes ir a dormir dependiendo de la hora a la que debes despertarte, asegurándote de que completas 5 o 6 ciclos del sueño, cada uno de 90 minutos.
Así pues, por ejemplo, si tienes que levantarte a las 7:30 h, debes ir a dormir a las 22:15 h para descansar 9 horas o a las 23:45 h para descansar 7,5 horas. Recordemos que como mínimo nuestro cuerpo necesita dormir entre 7 y 8 horas al día.
Otros consejos para mantener la calidad del sueño:
- Intentar reducir la ansiedad durante el día haciendo actividades de relajación te ayudará mucho a descansar correctamente. Además, y muy importante, evita situaciones estresantes y de hiperactividad antes de acostarte.
- La alimentación tiene un papel fundamental. Una dieta saludable influye mucho en la salud y en cómo descansamos. Aparte, hay que evitar consumir comidas pesadas antes de acostarse y cenar pronto.
- Preparar el momento de ir a dormir influye en el descanso. Gradúa la temperatura de la habitación en la que duermes, intenta que sea agradable y si es posible un poquito más fría que tu temperatura deseable.
- Los aparatos tecnológicos pueden empeorar tu calidad del sueño. Ese hábito de mirar el móvil antes de acostarse y de hacerlo también al despertar, debe desaparecer. Te recomendamos cambiar el móvil por libros que te harán dormir bien.
- Ir a dormir siempre a la misma hora hará que tu cuerpo se prepare para descansar y para que te sea mucho más fácil dormir plácidamente.