Hay algunos deportes, bastante comunes, que implican contacto físico y donde los golpes fortuitos y las caídas pueden ser bastante frecuentes.
Estamos acostumbrados/as a ver que en los deportes de lucha, los deportistas utilizan protectores bucales para proteger la dentadura frente a posibles golpes, pero es mucho menos frecuente ver su uso en otros deportes…aunque sí que es muy recomendable.
En los últimos años hemos comenzado a ver como el uso del protector bucal se ha extendido a otros deportes donde antes era totalmente desconocido, como: el fútbol, el baloncesto…
Te mostramos algunos deportes en los que la utilización de un protector bucal no está de más y te puede evitar daños en la boca.
Deportes en los que se recomienda protector bucal
Los primeros protectores dentales de los que consta registro, datan de la década de 1920-1930, cuando se comenzaron a utilizar para el boxeo.
Un protector bucal se define como una férula dental de protección, hecha en plástico flexible o material laminado (no confundir con una férula de descarga, indicada para aliviar la tensión mandibular)
Los protectores bucales deportivos están indicados para proteger la caja dental de posibles impactos, evitando así la fractura de alguna pieza dental. Los protectores bucales se ajustan en la parte superior de la mandíbula.
Con el uso de un protector bucal también se reduce el daño en labios, lengua, cara, mandíbula y hueso alveolar.
Nuestra recomendación, basada en que también los recomiendan la Sociedad Española de odontología del Deporte (SEOD), es que los protectores dentales deportivos deberían utilizarse en todos aquellos deportes en los que el riesgo de impactar con un adversario o bien de sufrir una caída, sea alto o frecuente.
Deportes en los que recomendamos el uso de protector bucal:
- Deportes de contacto: boxeo, karate, taekwondo…
- Deportes de equipo con contacto físico: baloncesto, fútbol, balonmano, rugby, hockey…
- Deportes con riesgo de golpes o caídas: patinaje, gimnasia artística, escalada, béisbol…
- Deportes sin contacto: levantamiento de pesas, tiro…
Tipos de protectores bucales deportivos
Hay diferentes tipos de protectores bucales deportivos, dependiendo de lo personalizado que lo necesites:
- Protector bucal normal (estándar o Tipo I): los hay de varios tamaños y son bastante económicos. Son protectores bucales preformados, va a haber personas a las que se adapte correctamente y a quienes no les resulte cómodo. Los protectores bucales de este tipo pueden ser voluminosos y algo molestos para hablar y respirar. Se suelen vender en tiendas de deporte, son económicos y pueden quedar algo flojos, ya que son de medida universal. Se deben cambiar cada poco tiempo.
- Protector bucal modelado (semiadaptable o Tipo II): son protectores bucales que se adaptan a la forma de la boca. Antes de utilizarlos se deben hervir en agua caliente y posteriormente morderlos para que se adapten a la forma de tu boca. Son bastante económicos, pero se estropean con facilidad y deben ser reemplazados cada poco.
- Protector bucal a medida (personalizado, tipo III): se realizan a medida de tu dentadura, en una consulta odontológica, adaptándose perfectamente a la forma particular de cada boca. Son los protectores bucales más cómodos, los más costosos y los que mejor protegen las diferentes partes de la boca.
En los protectores bucales a medida encontramos de dos tipos diferentes:
- Protectores bucales formados al vacío: se adaptan perfectamente a los dientes, pero si se fabrican en acetato de bajo grosor (más cómodo para hablar y respirar) tienden a desgastarse rápidamente.
- Protectores bucales laminados a presión: totalmente cómodos y fabricados en un material más grueso. Protegen más que los formados al vacío y tienen mayor durabilidad, pero son los más caros.
Cuidados del protector bucal
Los protectores bucales se desgastan con el uso y dejan de ser lo eficaces que deberían ser. Es aconsejable cambiar el protector bucal tras cada temporada.
En el caso de los/las adolescentes, es especialmente importante ir renovando los protectores bucales con mayor frecuencia (cada 6 meses), ya que su boca continúa desarrollándose hasta la edad adulta.
El odontólogo te puede orientar sobre el estado de desgaste de tu protector bucal y recomendarte cuándo reemplazarlo.
El protector bucal necesita de unos cuidados básicos para que tenga la durabilidad óptima y sea higiénico:
- Enjuagar el protector bucodental con colutorio bucal o una solución antiséptica, antes de utilizarlo.
- Durante el ejercicio, mantenerlo siempre en la boca, sin mordisquearlo.
- Limpiar el protector después de utilizarlo. Lo puedes limpiar con un cepillo de dientes blando, agua y jabón.
- Guardar y transportar el protector en su estuche. El estuche debe contar con agujeros de ventilación para que el protector bucal se seque adecuadamente y no crezcan bacterias u hongos.
- Revisar periódicamente buscando zonas de desgaste o pequeñas roturas.
Si no eres cuidadosa/o en estos aspectos de mantenimiento del protector bucal, éste se puede deteriorar y/o ser una fuente de bacterias para tus dientes y encías. Tanto por un protector bucal en mal estado, como por una infección leve, pueden aparecer aftas o llagas en la boca.
Para tratar adecuadamente las pequeñas heridas en la boca, puedes utilizar un gel para aftas bucales, que alivia y protege los tejidos lesionados, favoreciendo su recuperación.
Ventajas de utilizar un protector bucal
El protector bucal confiere un grado de protección elevado a diferentes elementos de la cavidad bucal. Sus principales funciones son:
- Reduce en un 90% el riesgo de lesiones de las piezas maxilares anteriores;
- Reduce considerablemente el riesgo de lesión en los dientes posteriores por impacto en la parte inferior de la mandíbula;
- Evita laceraciones en labios, lengua y mucosa del interior de la mejilla, a causa de impactos con los bordes de los dientes superiores;
- Disminuye el riesgo de conmoción cerebral por impacto en la mandíbula.
Como puedes comprobar, la función del protector bucal no se limita a los dientes de la parte superior de la boca, sino que al estar éstos protegidos, los impactos provenientes de los dientes inferiores también se ven amortiguados.
El nivel de protección que ofrece un protector bucal es muy importante. La absorción de impactos que lleva a cabo, reduciendo el impacto sobre la mandíbula y/o el maxilar superior, ayuda considerablemente a minimizar la onda de impacto, reduciendo la probabilidad de pérdida de conocimiento, lesiones cervicales o hemorragias cerebrales.
Además, un protector bucal te puede aportar ventajas que van asociadas al nivel de confianza que adquieres cuando dejas de preocuparte por una posible lesión. De esta manera, el uso de protector bucal puede:
- Aumentar la fuerza y resistencia muscular;
- Aumentar el equilibrio;
- Acelerar el tiempo de reacción;
- Reducir el estrés atlético;
- Minimizar el impacto.
Qué tipo de protector bucal escoger
Ya hemos visto todas las ventajas que puede tener un protector bucal ante el riesgo de impacto en la boca.
Llegados a este punto, te recomendamos que escojas el tipo de protector bucal que vas a utilizar, en función de la dedicación/tiempo que vas a pasar realizando deportes con riesgo de impacto.
Si sólo vas a utilizar un protector dental muy ocasionalmente, una férula de tipo II será suficiente. No recomendamos utilizar un protector bucal tipo I a menos que sea una situación necesaria, como haberse olvidado el protector bucal en casa cuando vas al gimnasio, por ejemplo.
Sin duda, numerosos estudios odontológicos concluyen que la utilización de protectores bucales personalizados es la mejor opción para reducir el porcentaje de lesiones, en comparación con los protectores bucales clásicos.
El grosor del material del protector bucal tiene relación directa con el grado de protección del mismo, a más grosor más protección. Los protectores bucales prefabricados acostumbran a estar en torno a 1,6mm de grosor, pero los protectores bucales laminados a presión que puede fabricar un dentista, pueden llegar a ser de hasta 3,5mm de grosor.
Esperamos haberte ayudado a que tengas más claro qué protector bucal es el adecuado para ti y cuándo utilizarlo.