La rinitis es una patología común que llega a afectar al 40% de la población en algún momento de su vida. Se define como la inflamación de la membrana mucosa de la nariz y se caracteriza, principalmente, por presentar congestión y secreción nasal, entre otros síntomas. Las causas más frecuentes de rinitis son los resfriados y las alergias estacionales. Hay distintos tipos de rinitis dependiendo de las causas que la provoquen y la intensidad de sus síntomas, por lo que los tratamientos también variarán en función de cada caso.
Síntomas de la rinitis
Los síntomas de la rinitis afectan, principalmente, a la nariz, la parte de las vías respiratorias que se infecta con mayor facilidad y frecuencia. Pueden ser variados y de distintas intensidades pero, en la mayoría de los casos, los pacientes con rinitis presentan:
- Secreción nasal
- Estornudos
- Congestión nasal
- Picor nasal
- Dolor de cabeza
- Falta de olfato
Rinitis y apnea del sueño
La rinitis alérgica puede afectar la calidad del sueño, ya que los síntomas como la congestión nasal pueden dificultar la respiración durante la noche.
Si tienes problemas para dormir debido a la rinitis alérgica, puedes intentar elevar la cabeza mientras duermes para ayudar a aliviar la congestión nasal. También puede ser útil mantener el ambiente de la habitación limpio y libre de alérgenos.
Si sufres de apnea del sueño a causa de la rinitis, debes consultar al médico de cabecera.
Tipos de rinitis y causas
Rinitis alérgicas
La rinitis alérgica es la forma más común de rinitis no infecciosa y se produce como una reacción del sistema inmunitario ante el contacto con alérgenos o factores ambientales desencadenantes. Los factores más comunes son el polen, el polvo, árboles o plantas, animales, mohos y contaminación urbana.
Según su duración, pueden clasificarse entre intermitentes o agudas, cuando aparece predominantemente en los meses de primavera y sus síntomas duran cuatro o menos semanas consecutivas, o persistentes o crónicas, cuando afectan durante más de cuatro semanas seguidas.
Rinitis no alérgicas
La causa de las rinitis no alérgicas suele ser, en la mayoría de los casos, una infección viral, como el resfriado común. También las bacterias pueden producir rinitis, así como las anomalías congénitas o adquiridas que producen una obstrucción nasal, como una desviación del tabique.
La rinitis no alérgica se diagnostica en base a los síntomas y tras descartar otras causas, principalmente, las alérgicas. Para llevar a cabo este diagnóstico y descartar la alergia, se suelen llevar a cabo pruebas cutáneas y análisis de sangre.
Diferencia entre rinitis alérgica y resfriado común
Muchas veces la similitud de los síntomas puede llevarnos a confundir una rinitis alérgica de un catarro común, pero no son lo mismo. Mientras que la rinitis es una inflamación de la mucosa debida a la presencia de alérgenos, el resfriado es un proceso infeccioso de la mucosa nasal y de la faringe, en la mayoría de los casos, de origen vírico. Además del origen, existen otras características que los diferencian. El resfriado en ocasiones puede llegar a provocar fiebre, sus síntomas duran aproximadamente una semana y son continuos a lo largo de todo el día; mientras que la rinitis alérgica no suele ir acompañada de fiebre, dura más tiempo y sus síntomas fluctúan en función de si se está en contacto o no con el alérgeno en cuestión.
Tratamiento de la rinitis
Dependiendo de la causa, los síntomas y las características de cada paciente, el tratamiento puede variar. Por eso, es imprescindible acudir a un médico especialista que estudie nuestro caso para aconsejarnos y darnos el tratamiento adecuado. Estos son algunos de los tratamientos que existen para evitar o minimizar los síntomas de las rinitis:
- Evitar el contacto con el factor desencadenante de la alergia suele prevenir los síntomas por completo, aunque muchas veces no es posible hacerlo.
- La toma de antihistamínicos evita la reacción alérgica y, por tanto, reduce los síntomas.
- Las inyecciones de desensibilización contienen, en pequeñas cantidades, la sustancia desencadenante de la alergia y ayudan a crear tolerancia a largo plazo. Esta puede ser una opción especialmente útil para las personas cuyos síntomas son graves, que tienen complicaciones de la rinitis alérgica, como el asma, o que tienen dificultades para evitar sus alérgenos.
- Lavados diarios del interior de la nariz con agua de mar. Un spray nasal con agua de mar es una solución 100% natural para pulverización cuyo uso regular reduce lo síntomas de un resfriado o una rinitis. También previene otras complicaciones derivadas de la patología, como la sequedad nasal, ya que ofrece hidratación de las fosas nasales y reblandece el exceso de mucosidad facilitando el sonado.
El estrés puede empeorar los síntomas de la rinitis alérgica. Aprender a manejar el estrés a través de técnicas de relajación, como la meditación y el yoga, puede ayudar a aliviar los síntomas de la rinitis alérgica.
Prevención de la rinitis
En cuanto a la prevención, existen algunas rutinas que, aplicadas de forma diaria, pueden llegar a reducir la exposición y, por tanto, los síntomas de la rinitis alérgica:
- Evitar las horas del día en las que la presencia del polen es más elevada. Normalmente, por las mañanas.
- Posponer las visitas al campo o zonas con abundante naturaleza durante los meses de primavera, especialmente mayo y junio.
- Limpiar los filtros del aire acondicionado de casa de forma regular.
- Ventilar la casa a primera hora de la mañana, pero evitar tener las ventanas abiertas durante el resto del día.
- Lavar semanalmente la ropa de cama a más de 60 grados y usar fundas especiales de colchón.
La alimentación puede jugar un papel importante en el control de los síntomas de la rinitis alérgica. Algunos estudios sugieren que una dieta rica en frutas y verduras, especialmente aquellos alimentos con alto contenido de vitamina C, como los cítricos, los kiwis y las fresas, puede ayudar a reducir los síntomas de la rinitis alérgica.
Asimismo, ciertos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a reducir la inflamación asociada a la rinitis. Entre ellos se encuentran los pescados ricos en omega 3, como el salmón y las sardinas, y las nueces.
La rinitis alérgica puede tener un impacto significativo en la calidad de vida, afectando el rendimiento escolar o laboral y limitando las actividades diarias. Sin embargo, con el tratamiento y el manejo adecuados, la mayoría de las personas con rinitis alérgica pueden llevar una vida normal y activa.
Padecer rinitis de forma frecuente y continuada debe ser motivo de visita con un especialista para que estudie el caso y pueda establecer medidas de prevención y evitar así posibles complicaciones como la aparición de asma.
El seguimiento regular con un alergólogo o un otorrinolaringólogo puede ayudar a garantizar que estás recibiendo el tratamiento más efectivo para tus síntomas. Además, estos profesionales de la salud pueden ajustar el tratamiento a medida que cambian tus síntomas o si desarrollas nuevas alergias.
App de alergias al polen
Actualmente, existen numerosas aplicaciones para teléfonos móviles que pueden ayudar a las personas que sufren de rinitis alérgica. Algunas de estas aplicaciones proporcionan información en tiempo real sobre los niveles de polen en el aire, lo que puede ayudar a las personas a planificar sus actividades al aire libre y a tomar medicamentos de forma preventiva.
Otras aplicaciones pueden ayudar a rastrear los síntomas y los factores desencadenantes para ayudar a identificar patrones y desarrollar estrategias de manejo más efectivas.
Rinitis y ejercicio físico
Aunque el ejercicio físico puede empeorar temporalmente los síntomas de la rinitis alérgica, mantener un estilo de vida activo puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y a mejorar la salud general, lo que puede ayudar a controlar los síntomas de la rinitis alérgica a largo plazo. Si hacer ejercicio al aire libre empeora tus síntomas, puedes considerar alternativas como el ejercicio en interiores