Ahora sí es definitivo, acaba septiembre y, con él, las vacaciones de todo el mundo. ¡Lo sentimos!
¿Pero qué es el sedentarismo?
El sedentarismo no es necesariamente la ausencia de deporte. No hacer deporte no implica tener una vida sedentaria. Existe la posibilidad de que no hagas deporte, pero, por factores externos como un trabajo o desplazamientos, te veas obligado a realizar actividad física.
Entiende la actividad física como un ejercicio prolongado o intenso. Elevar tu brazo para cambiar el canal de la televisión no es actividad física, pero sí podría serlo si lo haces 200 veces con cada brazo. Si no haces deporte habitualmente y ninguna de tus actividades diarias puede considerarse actividad física, estás viviendo un estilo de vida sedentario.
No eres el único. España es uno de los cuatro países con más personas sedentarias de Europa, y según señala la OMS, al menos un 60% de la población podría considerarse sedentaria. Pero no por ello es menos perjudicial.
¿Cómo afecta el sedentarismo a la salud?
El efecto negativo de un estilo de vida sedentario en la salud de las personas está ampliamente demostrado. Son muchas las personas que creen que se trata de un hecho no comprobado por las autoridades sanitarias, pero se equivocan. Te dejamos los descubrimientos más contrastados sobre el efecto negativo del sedentarismo en las personas.
- Aumento del riesgo de padecer sobrepeso y, en consecuencia, problemas de glucosa alta, hipertensión y colesterol.
- Propensión a enfermedades cardiovasculares como enfermedades cardíacas coronarias, insuficiencia cardiaca y accidentes cerebrovasculares.
- Alteración hormonal.


¿PERO CÓMO AFECTA EL SEDENTARISMO EN EL DÍA A DÍA?
Principalmente conlleva una disminución muy importante de la calidad de vida. Tareas tan sencillas como subir unas escaleras, trasladar una caja o caminar pueden suponer un esfuerzo especial a las personas que no suelen realizar ningún tipo de actividad física.
Sin embargo, especialmente si tienes una alimentación saludable, ¡es fácilmente remediable!
Reactiva tu cuerpo
Si ya empiezas a notar los primeros efectos del sedentarismo, reactiva tu cuerpo mediante pequeños cambios en tu día a día. ¿No sería mejor empezar a ir al gimnasio? Desde luego, pero si empiezas por un cambio de hábitos muy pequeño será menos exigente para tu cuerpo y te dará menos pereza mantenerlo a largo plazo. Puedes empezar por los siguientes cambios:
- Evita el ascensor. Sube tantas escaleras como te encuentres, dosificándolo si tu forma física no te permite enfrentarte a todas ellas.
- Camina. Si vas en transporte público empieza a bajarte unas paradas antes de tu destino y camina hasta él. Conforme tu forma mejore, bájate cada vez un poco antes, aumentando tu distancia a pié.
- Busca una rutina en casa basada en un solo movimiento compuesto. Una rutina basada en flexiones o sentadillas te permitirá adquirir una mejor forma física invirtiendo muy poco tiempo. Además, desde la comodidad de tu hogar. Con el paso de los meses habrás desarrollado una muy buena técnica, aún más efectiva.
- Si estás en buena forma, pero hace tiempo que no vas al gimnasio, reincorpórate muy paulatinamente. Empieza haciendo un par de semanas solo 15 minutos de ejercicios aeróbicos de calentamiento: cinta, elíptica, bicicleta, remo, comba, etc. Más adelante, introduce cada semana un ejercicio compuesto, de manera que termines realizando una rutina de ejercicios compuestos como las sentadillas, las dominadas y las flexiones.

